lunes, 17 de marzo de 2014

Os contamos nuestra visita al Museo Sorolla

Y seguimos alimentando nuestro blog con visitas a museos. Ya llevamos unas pocas…¿eh?

Tenía muchas ganas de escribir esta entrada porque tenía muchas ganas de volver a este museo: a la Casa Museo Sorolla.

Y es que este pintor me encanta y el museo, su casa, dónde vivió el artista es una maravilla.
Bueno, pues este trimestre los peques de 2º de infantil están trabajando los museos y hemos tenido la gran suerte de tener en nuestra clase a Martha, mamá dinámica y super activa que cuando se enteró, no tardó nada en organizar una visita al Museo Sorolla para las dos clases del cole.


Por supuesto la propuesta tuvo una gran aceptación y como nos juntamos tantos (unos 60 entre niños, adultos y algún hermanito) otra mamá y yo nos ofrecimos a ayudar en la visita, cosa que me “obligó” a enterarme algo más de la vida del artista.


Finalmente no hizo falta porque tuvimos la suerte de contar en la visita con familiares del artista: Bea y Carmen. ¡Muchísimas gracias a las dos!. Los peques disfrutaron de lo lindo y para los adultos fue un gran lujo oír anécdotas e historias tan cercanas a la vida del pintor.


Bueno, pues en este post pretendo dejaros toda la información para que la podáis utilizar si vais a visitar el Museo Sorolla con los peques. Es un poco largo ya que encontraréis algo de información de su vida y algunos de los cuadros que podréis encontrar en cada una de las salas. Espero que os pueda ayudar.

¡Ah! Y si estáis preparando la visita no olvidéis visitar este post dónde os damos algunas recomendaciones para aseguraros que vuestra visita a cualquier museo sea un éxito.

EL ARTISTA: JOAQUIN SOROLLA


Es uno de los mayores representantes del impresionismo de España y uno de los pocos que tuvo éxito en vida. Se le llamaba el pintor de la luz. De hecho de él dicen que era luminista.
Se paso mucho tiempo viajando y  esos viajes influyeron en su obra.

Cuando apenas contaba con 2 años de edad, fallecieron sus padres. Al quedar huérfanos fueron acogidos, su hermana Eugenia y él, por su tía Isabel, hermana de su madre, y su marido, de profesión cerrajero. Pasados los años, su tío intentó enseñarle, en vano, el oficio de la cerrajería, advirtiendo pronto que su verdadera vocación era la pintura.

LUZ, AGUA Y COLOR eran sus tres elementos favoritos que encontraréis en la mayor parte de su obra.

Cuando estaba en Madrid, se levantaba muy temprano y se iba al Museo del Prado. Le gustaba ver lo que otros pintores hacían y en algunos de sus cuadros se ve claramente la influencia de pintores como Velázquez.

Sobre él Bea nos ha contado que la pintura era su vida, que sus ojos percibían matices de color, que dónde nosotros vemos una tonalidad él hubiera visto muchas más, bueno, realmente no hay más que ver si obra para darse cuenta.

LA CASA:

Este museo fue su casa. Aquí están sus obras y también sus objetos personales. Aquí vivió con su mujer y sus hijos. Esta casa le gustaba mucho porque tiene mucha luz, el sol entra y juega con las cosas de la casa…y esa misma luz entro en sus cuadros. Las cosas que le gustaba pintar eran el mar, los niños, los animales y su familia.


En la parte de arriba estaban los dormitorios de los niños: María (la mayor), Joaquín el mediano y Helena (la pequeña). Durante todo el recorrido veréis cuadros y retratos de ellos y de Clotilde, su mujer, porque le encantaba pintarles. También le gustaba retratar a amigos. Os daréis cuenta de que no todos los cuadros están acabados o hay algunos “abocetados” puesto que algunos de los que están allí eran eso, bocetos, pruebas o nunca llegaron a venderse.

Mirad este: María con la cara perfectamente definida y Clotilde y Helena sin ragos....como un boceto...

Aquí Bea nos describió a  su suegra Helena (la pequeña) como una mujer increíble que tuvo 7 hijos, entre ellos su marido. Una de las cosas que hacía todas las mañanas era limpiar los pinceles de su padre....¡tenía tantos!

En 1912 a Sorolla, la Hispanic Society of America le encarga catorce murales que decorarían las salas de esta institución y que se conocen como Visión de España.

Para ello el pintor viajó por toda España y realizó una impresionante obra de tres metros y medio de alto por setenta metros de largo. Es, desde luego, un imborrable monumento a España, pues en ella se representaban escenas características de diversas provincias tanto españolas como portuguesas.

De esa época son varios óleos pintados en 1916 dedicados a niños y mujeres en las playas de Valencia, donde predomina la libertad de pincelada y la luz de su tierra. Por ejemplo: Madre e hija o Pescadora valenciana.

Durante los ocho años que estuvo viajando por España Sorolla mantuvo una correspondencia casi diaria con su mujer Clotilde, gracias a la cual tenemos hoy en día un testimonio extraordinario que nos permite conocer en primera persona la vida cotidiana en la España de principios de siglo.

Pues bien, en este momento hay en la parte de arriba de la casa una exposición que ha rescatado estos trajes de época y los muestra junto con la obra de Sorolla. Bonita, ¿verdad?


En la parte de abajo se encontraban 3 estudios encadenados con acceso directo al jardín así como el salón y el comedor. El salón era el centro social, con mucha luz y amplios ventanales.

Empezamos el recorrido de las salas de abajo:


SALA 1:

En la vida del artista se usaba para almacenar lienzos. En la actualidad es la introducción y muestra cuadros representativos de sus tres épocas.

Aquí nos encontramos entre otros un autorretrato del pintor y el cuadro de:

Mis Hijos:


El padre de Clotilde (el suegro de Joaquín Sorolla, Antonio García) era uno de los fotógrafos más reconocidos de Valencia. Cuando Sorolla era un adolescente empezó a trabajar en su taller coloreando fotografías ya que en aquella época las fotos eran en blanco y negro.

Así Sorolla aprendió mucho y realizó tantos retratos, algunos incluso parecen fotos.

En el archivo del Museo Sorolla se conservan más de treinta reproducciones fotográficas de obras de Velázquez que Sorolla adquirió en vida. Algunas de ellas tienen restos de pintura lo que nos indica que fueron trabajadas por el propio pintor que las utilizó como referencia a la hora de trabajar.

También pintó muchos retratos de su mujer como este:

Clotilde con traje de noche:
De este también nos contaron una anécdota pero probablemente aquí no la podáis percibir. Os invito a ir al museo para que os la cuenten :)

Ya comentábamos antes que le encantaba pintar cuadros costeros, con el tema de la playa. Aquí tenéis dos de los más famosos:

Pescadoras valencianas:


El baño del caballo:
 
De nuevo los temas favoritos de Sorolla: Ambiente costero, luz, un niño desnudo, el mar.
La verdad es que estar delante de este cuadro quita el aliento. Podrías estar horas contemplándolo. Lo bueno es que para los peques es tan explícito que sobran las palabras. Por eso, Sorolla, gusto tanto a los peques.


¿Sabéis lo que nos contó Bea? Que a pesar de gustarle tanto el mar muy poquitas veces se bañó en él. ¿No es curioso?

Más anécdotas: A Sorolla le encantaba pintar en la costa. Se trasladaba a la playa cargado con lienzos, algunos de gran formato como este o Paseo a orillas del mar que encontraréis en la sala III.

Allí preparaba un estudio improvisado con sombrillas y toldos para evitar el efecto de la luz directa sobre el lienzo. En las fotografías vemos como muchas veces era ayudado por hombres que le sujetaban los lienzos aunque no era raro que se le derribara el caballete. En las restauraciones de algunas de sus obras han salido a la luz huellas de manos que muy probablemente se deban a los intentos del pintor de evitar que se cayera el lienzo en un golpe de viento.


En estas tres salas veréis que pintaba a muchos niños desnudos. Era así como se bañaban la mayoría de la gente en aquella época, excepto la gente muy adinerada.

SALA II:

Usada como despacho y sala de exposición en la vida del pintor. Colgaba las últimas obras y las que tenía a la venta. La sala está dedicada a escenas de playa que fue una de las facetas más valoradas.

Pescadora con su hijo:


También el niño con la barquita:


SALA III:
 
Era el estudio, el espacio donde trabajaba. Se ha conservado en lo posible el ambiente original, inundado de luz natural y se mantienen los tres grandes cuadros de playa que Sorolla siempre tuvo aquí así como caballetes con obras y botes de pínceles.


Los peques podrán buscar sus pinceles y cuándo los encuentren ver su tamaño. Eran más grandes que los normales. También veremos su cama-biblioteca. la usaba para descansar después de pasarse horas trabajando.


Aquí vemos retratos, jardines y escenas de playa.

También podrán buscar otro de sus autorretratos y uno de los cuadros más famosos:

Paseo por la playa:


En este caso recoge a su mujer Clotilde García que sostiene una sombrilla y su hija mayor María Clotilde  paseando por la playa al atardecer por la playa de Valencia, mientras la brisa marina hace ondear sus ropas.


Aquí los niños podrán además ver como vestían en ella época, como se protegían del sol y cómo el artista nos muestra el movimiento y la brisa marina. Preguntadles, os sorprenderán.

En el cuadro aparecen las características esenciales de la pintura de Sorolla; luminosidad, colorido, captación de la luz del sol y sus inevitables juegos de luces y sombras además de su afición al mar y a los paisajes valencianos.

Y ya por acabar seguro que este cuadro también lo conocéis:

Chicos en la playa: Está en la mayoría de los bits de los colegios con lo cual se lo podéis enseñar a los peques. Se encuentra actualmente en el museo del Prado.

De nuevo: la playa, el mar, la luz y niños desnudos en la playa.

Podemos acabar o empezar la visita en los jardines.


LOS JARDINES:

Son tres y todos preciosos, con los tres componentes que hemos comentado antes tanto le gustaban: La luz, el color y el agua.

Los diseño el mismo, y tienen un poco de los jardines que vio en muchos de sus viajes. El primer jardín esta inspirado en el Jardín de Troya de los alcázares de Sevilla. ¿Habéis estado en Sevilla? ¿No os suena ese banco con esos azulejos?

El segundo esta inspirado en el jardín de la Ría del Generalife, de Granada

En el tercero encontramos por un parte un busto de un pintor paleta en mano como recibiendo al visitante y en el otro lado la fuente de las confidencias.

Si hace un día agradable podéis aprovechar para que los peques pinten o dibujen el cuadro que más le haya gustado.

Bueno, pues ya tenéis todo para hacer vuestra visita a este precioso museo.

Comentaros que organizan actividades y talleres para niños. En su página web tenéis toda la información.

También, si estáis preparando la visita podéis realizar la visita virtual que plantean en su web.  Está fenomenal.

No dejéis de visitar la casa del pintor de la luz y el mar y de apreciar su legado que es realmente impresionante.

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